sábado, 20 de enero de 2018

Propósito de Año Nuevo: Rutina de limpieza facial

Propósitos..... esa palabra que acompaña al atiborramiento de uvas como un nuevo comienzo, un lienzo en blanco que abre el nuevo año y que pintamos con colores tratando de mejorar lo que no nos acaba de gustar de nosotros mismos.... la pereza, el sedentarismo, mejorar la alimentación y dejar a un lado la comida basura, dedicar más tiempo a la familia, los amigos,.... e incluso a uno mismo.

Personalmente hace tiempo que rechacé la idea de marcarme metas de este tipo. Dejo que la situación emocional y personal sea la adecuada para emprender camino. Luego la senda se abre sin necesidad de insistir. Las veces que he forzado la situación me he encontrado con fracasos rotundos. No es derrotismo porque sé que regresarán las ganas de volver a los ejercicios diarios o a enlazar más de una semana con una dieta totalmente sana. Lo he hecho antes.

Así que tampoco puedo decir que sea un propósito los que os expongo sino evolución. Nunca he podido irme a dormir maquillada, tenía la sensación que la piel me llamaba a gritos porque no podía respirar y no me dejaba dormir. No es difícil entender entonces que captara mi atención el continuo rum rum de noticias relacionadas con la cosmética coreana. Leí varios artículos e intenté adaptar los productos que tenía en espera de ver el resultado.

Total que entre lo que tenía, una escapada a Sephora y sus majestades los Reyes de Oriente conseguí recolectar una pequeña colección con la que comenzar a experimentar.



Os tengo que prevenir que según nos cuentan las rutinas orientales se basan nada más y nada menos que en 10 pasos. Y su piedra angular es el doble ritual de limpieza. Empecemos....

Desmaquillarse:

Principalmente son productos con bases oleosas para atrapar y retirar el maquillaje. Aunque esto es así, en mi caso que mi piel es mixta, utilizo un específico bifásico para los ojos y otro en base agua (agua micelar) para el rostro, por miedo a que me engrasen más. No por eso descarto probarlos más adelante. Ambos los aplico con un disco desmaquillador.

En el caso de los ojos apoyando el algodón empapado unos segundos para posteriormente retirarlo suavemente, procurando no rascar.


He utilizado varios y aparte del específico de Sephora, este de Garnier me ha dado un buen resultado.

En cuanto al rostro la misma mecánica. Otro algodón empapado en producto e intentar pasarlo por cada rincón, incluido cuello (el gran olvidado).


De momento estoy con este que tenía en casa de Kiko, y aunque pone para quitar "restos" de maquillaje más que para desmaquillar la verdad es que da buenos resultados. No deja sensación de piel engrasada pese que expresamente indica que hay que lavar el rostro después de su uso. Además su envase facilita extraer la cantidad que necesitamos sin derrocharlo. Sólo poner el algodón en la parte superior y apretar suavemente.

Limpiador:

Es una de las grandes diferencias de la rutina occidental a la oriental. Tradicionalmente hemos confundido los pasos 1 y 2 utilizando sólo uno de ellos, cuando son ambos necesarios para dejar la tez radiante. Se pueden utilizar varios tipos de productos, espumas, geles o cremas, aunque yo me inclino más por los dos primeros. Actualmente estoy usando un gel de Be+ que me parece fantástico, además no contiene parabenos, perfumes ni alérgenos. Queda la piel suave y fresca. Pongo una pequeña cantidad en los dedos húmedos y aplico sobre el rostro seco con movimientos circulares. Posteriormente humedezco una esponja konjac y con el mismo sistema quito el gel.



Un inciso, la esponja Konjac se ha convertido en un imprescindible entre mis herramientas de cosmética. De uso diario, proporciona una profunda limpieza gracias a una ligera acción exfoliante. La recomiendo como alternativa rápida a los cepillos de limpieza eléctricos.

Peeling:

Depende el tipo de producto utilizado y las necesidades de nuestra piel, su uso recomendado es de 1 a 2 veces a la semana. Usando la Konjac de forma habitual suelo hacerlo 1 vez a la semana.

Limpia poros, los afina y aporta luminosidad eliminando las células muertas de la piel. Ahondando en el tema me he dado cuenta que, aunque nos quedamos anclados en lo que es propiamente los productos exfoliantes que actúan en las capas superficiales de la piel, existen los peeling químicos que actúa a niveles más profundos. Estos, a su vez, se pueden diferenciar en varios tipos según el activo que contengan. Es fundamental que sepáis que en el caso de los peelings químicos hay que usar protectores solares tras su aplicación. Como este tema daría para una entrada entera no me entretengo más.

Actualmente me acompaña en mi rutinas este peeling de Tony Moly con efecto térmico. Entre sus componentes están la cáscara de huevo y el vinagre de vino. Se aplica con los dedos haciendo círculos hasta que el bálsamo tenga un aspecto blanquecino dejando que actúe de 3 a 5 minutos y lo retiro con agua templada.

Un inciso más, es recomendable secar el rostro con una toalla apretando suavemente y sin arrastrar.

Tónico:

Es curioso pero siempre lo había ligado a las leches limpiadoras que nunca me han gustado y por ello no los usaba. Y no es así, atrapan los restos de jabón que nos puedan quedar, equilibra el Ph de la piel y refresca. Queda la piel lista para aplicar nuestras cremas faciales. Empapar un algodón y friccionar suavemente el rostro y cuello.


Lo he incorporado recientemente en mi rutina por lo que no os puedo decir si es mejor o peor que otros pero sí que noto la diferencia. Este de Vitesse en concreto contiene: Magnesio, Cobre y Zinc.

Acabo de adquirir otro pero no os puedo contar más porque no lo he usado, aunque leyendo su composición y propiedades me ha parecido interesante, ya os contaré más.

Esencia:

Creo que es el gran desconocido. Aún no he conseguido ninguna y por tanto no la he incorporado en mis rutinas. Digamos que es mi asignatura pendiente y además siento una gran curiosidad por sus propiedades. Dota de grandes dosis de hidratación al rostro y hace de puente entre la limpieza y el tratamiento facial propiamente dicho. Por lo que he leído se debe usar mañana y noche pero teniendo en cuenta que mi piel es mixta con tendencia grasa me da algo de respeto y creo que tendré que moderar su uso.

A partir de este punto abrevio ya que pasamos de la rutina de limpieza, que es el tema central de la entrada, a la de tratamiento.

Sérum:

Hace años que hemos descubierto las maravillas de estos concentrados de principios activos que nos ayudan a tratar las deficiencias que cada una de nosotras observamos y "sentimos" en la piel del cutis: falta de hidratación, poros abiertos, falta de luminosidad.... Con poca cantidad en las yemas de los dedos lo aplicamos por todo el rostro con movimientos ascendentes.


Este en concreto que es el que llevo usando un par de semanas está indicado para todo tipo de pieles. Promete rellenar arrugas y borrar las imperfecciones. La verdad es que se absorbe muy bien y mantiene a raya las arrugas que van saliendo.

Mascarillas:

Las asiáticas nos han traído una nueva forma de aplicar las mascarillas: en un tissue empapado en diferentes principios activos y nutrientes. Una vez aplicada se deshecha. Son ideales para actuar sobre nuestro rostro según las necesidades del mismo. Ya sabemos que no es lo mismo el frío del invierno, el sol en verano, el aire, la contaminación..... Se pueden tener varios tipos en casa y usar las que creamos convenientes en cada momento.

Obviamente seguimos teniendo nuestras habituales mascarillas en crema. Ambas se aplican y se dejan entre 10 a 20 minutos. La diferencia entre ambas es que mientras las que son en crema se retiran con agua, las de tissue se retiran y después debemos masajear el rostro y retirar los restos con un algodón. Se recomienda el uso de 1 a 2 veces por semana.



Como podéis ver tengo varias de TonyMoly, Caolin y aunque ya no la veis he probado de L'Oreal la de arcilla verde y una de Garnier en Tissue.

La primera es el segundo paso de lo que os mostraba en el punto 3. La Egg Pore contiene extracto de huevo, vinagre de vino, sal marina, arcilla y agua glacial (esto último tengo que confesar que me cuesta creer). Tiene una consistencia tipo mousse, con efecto refrescante y cierra los poros. Es complicada su aplicación al principio, yo he optado por coger una pequeña cantidad con los dedos apoyar en el rostro y tras un par de segundos la extiendo (me da la sensación que con el calor corporal se aplica mejor). Se espera de 10 a 15 minutos y retiro con la Konjac (sí, otra vez). Como os he dicho uso el paso 3 una vez por semana junto a esta mascarilla, y en una segunda ocasión uso una en tissue según vea mi piel o, seamos sinceros, la que me llamase la atención en ese momento.

Contorno de ojos:

Imprescindible. Se aplica mañana y noche ayudando a mantener a raya las arrugas, descongestionar las ojeras o las bolsas según las necesidades especificas y los principios que tengan.


Este me lleva acompañando varios años, es un genérico de farmacia que me encantó cuándo lo adquirí en Andorra (Galenic) y que disfruté cuando descubrí que la farmacia de mi ciudad también lo tenía. Es tanto para ojos como para el contorno de los labios (prevenir el temido código de barras). Me va estupendo para las arrugas y mitiga las ojeras, que no las elimina (no sé si daré alguna vez con alguno que lo haga).

Cremas o lociones hidratantes:

Pese que era el paso que nunca olvidaba y el que tenemos más claro todas e incluso todos. Es el que tengo más arrinconado últimamente. Desde que acabé la última de Lancome voy dando bandazos entre diversas muestras de Dior, Anne Moller o Clinique. Por la noche le robo la suya a mi marido el Ultra Facial Moisturizer de Kiehl's, que aunque fue un regalo para mí para el día la encontraba densa y me aparecían brillos más a menudo. Así que la uso por la noche para dar tratamiento de choque de extra de hidratación.

10º Protector Solar:

Debería parecer obvio este paso pero lo tenemos harto olvidado si no es que vamos a la playa o la piscina. Y no deja de ser mi caso. Por eso últimamente procuro que mis BB Cream tengan algo de protección aunque sea insuficiente.


Y hasta aquí los 10 pasos de la rutina asiática. Parece interminable pero ni siempre nos debemos poner todo, ni es tanto como parece. Llevo desde principio de año llevándola a cabo, si no en su totalidad, sí en la mayoría. Mi sensación es que mi piel respira mejor, el tono es más uniforme y tengo algo más controlada la zona T. La recomiendo al 100% adaptando los pasos y productos a nuestro tipo de piel.

Si queréis que amplíe alguno de los pasos en otra entrada no tenéis más que decirlo.

Y vosotr@s.... ¿qué pensáis de estas rutinas?

2 comentarios:

  1. Pienso exactamente igual, muchas veces es mejor no marcarse metas y de hacerlo que sean cosas sencillas.
    Sobre la rutina, yo hago la doble limpieza desde hace siglos y la piel lo nota mucho, no tantos pasos como las asiáticas.

    Y te dejo un consejillo, si me permites ^_^ De que te desmaquillas los ojos sería casi mejor un aceite en si para el rostro, deshace casi todo el maquillaje de lujo y con una muselina (o microfibra mojada) te lo retiras, es un gustazo y lo que te ahorras en discos de algodón no está escrito.

    ¡Un besote bella!

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    1. No sólo te lo permito sino que te lo agradezco, es un derroche de discos desmaquillantes. Así aplico el aceite con las manos y retiro con la muselina ¿no?. El aceite me da respeto por la piel mixta. Cierto es que llevo unos días usando la micelar para los ojos, en uno tengo un ezcema y el limpiador de Garnier lo empeora. Besitos.

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